Introducción
La hidatidosis es una enfermedad parasitaria de distribución mundial producida por helmintos del género Echinococcus, cuya especie E. granulossus es la que más frecuentemente afecta al ser humano.
Las localizaciones más frecuentes son hígado en el 70-80% y el pulmón en un 10%, otras localizaciones menos frecuentes son el peritoneo en el 2-25% que en su mayoría son secundarios a quistes que se rompen a la cavidad peritoneal[1], [2], retroperitoneal el 0.3-3%, músculo el 0.5-4%[3], [4], bazo un 2%, cerebro el 1.5%, páncreas un 0.2-2%[5], partes blandas el 1-4%[6]; siendo otras localizaciones como hueso, mama, estomago muy infrecuentes[7].
Caso clínico
Varón de 81 años con antecedentes de hipertensión arterial, síndrome depresivo y prostatectomía. Acudió a consulta por dolor en epigastrio y en hipocondrio derecho de carácter cólico y predominio postprandial de 1-2 meses de evolución. En la exploración física presenta masa abdominal palpable de 15-20 cm en mesogastrio y epigastrio no doloroso a la palpación y de límites imprecisos.
En las pruebas complementarias la analítica fue normal y serología para hidatidosis positiva. En la ecografía abdominal: colelitiasis, imagen quística que parece depender del segmento II-III del hígado de unos 15 cm y que desciende por cara anterior gástrica (Figura 1).
En TAC abdominal: presencia de quiste de 16×13 cm de diámetro que emerge de la cara anterior del estómago con vesículas hijas, compatible con quiste hidatídico. Colelitiasis (Figuras 2 y 3).
El tratamiento fue inicialmente con Albendazol durante dos semanas y posteriormente tratamiento quirúrgico (Figuras 4 y 5) donde se evidencia un quiste hidatídico de gran tamaño de 15-18 cm parcialmente calcificado que emerge de la pared muscular de la cara anterior del cuerpo gástrico en la curvatura menor.
Durante la intervención se realizó colecistectomía y quistoperiquistectomía total con sutura de la pared gástrica. La evolución del paciente fue favorable siendo dado de alta hospitalaria al séptimo día de la intervención. En el postoperatorio se completó tratamiento con Albendazol durante dos meses.
Discusión
Los seres humanos son huéspedes intermediarios, su infección es adquirida y accidental al ingerir alimentos contaminados. La mejora en las condiciones socioeconómicas e higiénicas ha conseguido reducir la incidencia de esta enfermedad endémica. La provincia de Ávila sigue teniendo una alta incidencia, mayor que en el resto de la Comunidad de Castilla-León[8].
Puede afectar cualquier órgano o tejido siendo la hepática y pulmonar las más frecuentes en un 80-90%. La localización gástrica y en músculo liso como el de nuestro caso es extremadamente raro siendo muy pocos los casos descritos en la literatura[7].
La sintomatología clínica que producen es variada dependiendo de la localización aunque generalmente suelen ser asintomáticos o con síntomas inespecíficos.
El diagnóstico se realiza mediante técnicas de imagen como ecografía, TAC y RMN. La confirmación diagnóstica se efectúa con la serología, actualmente se verifica mediante una combinación de hemaglutinación indirecta (IHA) y detección de anticuerpos indirectos con fluoresceína. La sensibilidad global es del 65-88%[9]. Si la afectación es de localización diferente a hígado y pulmón se recomiendan técnicas especiales como ELISA, Western Blot o PCR[10].
Entre las complicaciones del quiste hidatídico destaca la rotura del mismo provocando una reacción anafiláctica y la posibilidad de formación de nuevos quistes. Otro riesgo importante es la infección bacteriana secundaria del quiste que puede evolucionar hacia la formación de abscesos por infección de las vesículas hijas. Finalmente los quisten también se pueden calcificar.
El tratamiento de elección para esta enfermedad es la cirugía radical con exéresis total del quiste obteniendo una tasa de curación de hasta el 90%[11]. Previo a la cirugía se aconseja tratamiento médico con un antihelmíntico como el Mebendazol o el Albendazol, actualmente el más utilizado es el Albendazol durante dos semanas antes de la operación y posterior a la cirugía con varios ciclos para garantizar buenas tasa de curación; algunos autores incluyen el Prazicualtel al tratamiento médico[12].
Podemos concluir que los quistes hidatídicos es una patología vigente en la actualidad aunque con una incidencia cada vez menor y de hallazgo incidental. El tratamiento debe ser siempre quirúrgico con cirugía radical, sin embargo esto no siempre es posible.