Editorial
En los últimos años hemos asistido al nacimiento y desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y comunicación. Como era previsible han tenido una enorme influencia en nuestra sociedad, y de forma importante en el área sanitaria, afectando lógicamente a nuestra relación médico-paciente.
Si bien es cierto que las nuevas tecnologías son cada vez más utilizadas, en la actualidad no se extienden a todos nuestros pacientes, dado que muchos de ellos son de edad avanzada o no están familiarizados con las mismas. Sin embargo, muchos de los nuevos pacientes diagnosticados de enfermedad inflamatoria intestinal (EII), tanto enfermedad de Crohn (EC), como colitis ulcerosa (CU), son más jóvenes, están cada vez más informados, con adecuado nivel cultural y han nacido con el uso de las nuevas tecnologías, o han sabido incorporarse a ellas, por lo que cada vez son más los pacientes que tienen esa necesidad de conocer más sobre sus enfermedades y demandan la utilización de los nuevos medios disponibles en internet y en las distintas redes sociales.
Lo ideal sería disponer de suficiente tiempo en nuestras consultas para poder explicar a cada paciente, sobre todo cuando se diagnostica, lo referente a su enfermedad inflamatoria, evolución, posibles complicaciones, tratamientos disponibles, efectos adversos, según el tipo de enfermedad, EC o CU, la gravedad de la misma, que los pacientes se sintieran bien informados y que pudieran aclarar todas sus dudas, aunque muchas irán surgiendo según sea el curso de la enfermedad. Es cierto que un exceso de información inicial puede ser abrumador y contraproducente, ya que ni las enfermedades, ni el comportamiento, ni el tipo de pacientes, van a ser completamente similares.
Las instituciones sanitarias deberían ser conscientes de esta demanda creciente de los pacientes y habilitar correos institucionales para poder responder a las necesidades de nuestros pacientes, que consideran a su médico el más adecuado y la principal fuente de información, junto a internet, para resolver sus dudas.
En aquellos casos, que algunos pacientes quieran conocer aspectos más concretos acerca de su enfermedad, es conveniente poder orientarlos sobre cuáles son los medios más apropiados para consultar, y muy importante, como deben interpretar la información obtenida.
En su interesante revisión el Dr. Fernández Salazar describe varias páginas webs y diferentes asociaciones que se pueden consultar, siendo todas ellas muy útiles para los pacientes con EII.
Está claro que la forma de relacionarnos con nuestros pacientes ha ido cambiando y el futuro será muy diferente al que hemos conocido, pero sin duda, no dudamos que será mucho mejor.